miércoles, 25 de agosto de 2021

Constante



No deseo abrir la boca, Nadia Anjuman

No deseo abrir la boca
¿A qué podría cantar?
En mí, a quien la vida odia,
tanto da cantar que callar.
¿Acaso debo hablar de dulzura
cuando siento tanta amargura?
Ay, el festín del opresor
me ha tapado la boca.
Sin nadie al lado en la vida
¿a quién dedicar mi ternura?
Tanto da decir, reír,
morir, existir.
Yo y mi forzada soledad
con mi dolor y mi tristeza.
He nacido para nada
mi boca debería estar sellada.
Ha llegado, corazón, la primavera,
el momento propicio del festejo.
¿Pero qué puedo hacer si un ala
tengo ahora atrapada?
Así no puedo volar.
Llevo mucho tiempo en silencio,
pero nunca olvidé la melodía
que no paro de susurrar.
Las canciones que brotan de mi corazón
me recuerdan que algún día
romperé la jaula.
Volando saldré de esta soledad
y cantaré con melancolía.
No soy un frágil álamo
sacudido por el viento.
Soy una mujer afgana
Entiéndase pues mi constante queja.

lunes, 23 de agosto de 2021

Nada más suave




Y aquí y allá, en bosquecillos entre la hierba, como selvas de sueño, brotaban fantásticos árboles cuyos altos y esbeltos troncos no eran rectos, mas se inclinaban graciosamente hacia la luz que asomaba a mediodía en el centro del valle.
Las manchas de sus cortezas alternaban el vívido esplandor de ébano y la plata, y no había nada más suave, salvo las mejillas de Eleonora (...).


Eleonora (Cuentos. Edgar Allan Poe, traducción de Julio Cortázar

lunes, 16 de agosto de 2021

Otros



Lo que más me gusta beber es el vino que le pertenece a otros.

Diógenes de Sinope

Ladrar




Este mundo, el mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que fue siempre, es y será, fuego siempre vivo que con mesura se enciende y con mesura se apaga.


Heráclito, fragmento 30

jueves, 5 de agosto de 2021

Por amor



Yo he sido ya, anteriormente, muchacho y muchacha, arbusto, pájaro y pez habitante del mar.

Empédocles

Es eso


La verdadera prisión, de Ken Saro Wiwa

La verdadera prisión
no es el techo que regalima, 
ni los mosquitos que zumbean
dentro de la celda húmeda y miserable. 
No es el chirriar de las llaves
cuando el vigilante os recluye. 
No son las magras raciones
impropias para la bestia o para el hombre. 
Tampoco los días vacíos
que se hunden en el vacío de la noche. 
No es eso. 
No es eso. 
No es todo eso. 

Son los engaños introducidos
en nuestras orejas durante toda una generación. 
Es el agente de policía enfurismado, 
ejecutor sin ánimo de órdenes calamitosas, 
a cambio de una paga miserable. 
El magistrado que consigna en su libro
una pena que no es merecida. 
La decrepitud moral. 
La ineptitud mental
ordinaria de los dictadores. 
La cobardía disfrazada de obediencia
escondida dentro de nuestras almas denigradas. 
El miedo que moja los pantalones
que no se atreven a lavar. 
Es eso. 
Es eso. 
Es eso,
querido amigo,
lo que transforma nuestro mundo libre
en lóbrega prisión.

miércoles, 4 de agosto de 2021

La estirpe de los locos




Entre amigos, de Nietzsche (en Humano, demasiado humano) 

Es bello callar juntos,
pero más bello aún reír juntos…,
bajo el manto sedoso del cielo,
apoyados en el musgo de un haya,
reír entre amigos, con cordiales carcajadas
que dejen ver los dientes blancos.
Si obré bien, nos callaremos;
si obré mal… nos reiremos;
y cuanto más mal obremos,
cuanto más mal obremos, más nos reiremos,
hasta que bajemos a la tumba.

Sí, amigos, ¿a que debe ser así? ¡Amén y hasta la vista!

¡Nada de excusas ni perdones!
Ustedes, los alegres,
¡presten libremente corazones,
oídos y cobijo a este libro lleno de sinrazón!

¡Créanme amigos, mi sinrazón no es fruto de una maldición!
Lo que yo descubro y lo que busco,
¿Se halló alguna vez en un libro?
¡Honren en mí a la estirpe de los locos!
¡Aprendan de este libro loco
cómo la razón vuelve a entrar… «en razón»! 

Sí, amigos, ¿a que debe ser así? ¡Amén y hasta la vista!