domingo, 25 de diciembre de 2022

Espejo



Rechazar las propias experiencias es detener el propio desarrollo. Negar las propias experiencias es poner una mentira en los labios de la propia vida. Es nada menos que renegar del alma.


Óscar Wilde, De profundis, fragmento

El puerto


Poema 739, de  Emily Dickinson

Muchas veces pensé que la paz había llegado
cuando la paz estaba muy lejos-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
en el centro del mar-

y luchan más débilmente -sólo para probar
tan deshauciadamente como yo-
cuántas ficticias costas-
antes del puerto hay-

(Versión de Silvina Ocampo)

jueves, 22 de diciembre de 2022

Todo signo doloroso




La Primavera, Hölderlin (Poemas de la locura)


De lejanas alturas desciende el nuevo día,
despierta de entre las sombras de la mañana,
a la humanidad sonríe, engalanada y alegre,
de gozo está la humanidad suavemente penetrada.

Nueva vida desea al porvenir abrirse,
con flores, señal de alegres días.
Cubrir parece la tierra y el gran valle,
alejando la Primavera todo signo doloroso.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

lunes, 28 de noviembre de 2022

Revolución




El amor entre un hombre y un perro es un idilio. En él no hay conflictos, no hay escenas desgarradoras, no hay evolución.

Milan Kundera, La insoportable levedad del ser

domingo, 27 de noviembre de 2022

Dulce




¡Por encima de vosotros mismos debéis amar alguna vez! ¡Por ello, aprended primero a amar! Y para ello tenéis que beber el amargo cáliz de vuestro amor.


Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche

domingo, 21 de agosto de 2022

Pizarra vertical




Enviadme libros, libros, libros, muchos libros, para que mi alma no muera.


Dostoyevski, citado por Lorca, desde la prisión en Siberia


martes, 2 de agosto de 2022

En ti confío


No te busco

porque sé que es imposible

encontrarte así, buscándote.

Hallazgo (fragmento), Pedro Salinas


Laureles





Que despierte

con el ramo verde

del laurel florido.

¡Que despierte

por el tronco y la rama

de los laureles!


Lorca, Bodas de sangre


domingo, 26 de junio de 2022

Avellano




Bodas de sangre, Lorca (fragmento)

Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega al puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?

domingo, 12 de junio de 2022

Lo que quieres




¿Así que quieres ser escritor?  de Charles 
Bukowski

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del computador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa solo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.

Hasta el final




TIRA LOS DADOS, de Charles Bukowski

Si vas a intentarlo,
ve hasta el final.
De lo contrario no empieces siquiera.
Tal vez suponga perder novias,
esposas, familia, trabajos
y quizás hasta la cabeza.
Tal vez suponga no comer durante
tres o cuatro días,
tal vez suponga helarte
en el banco de un parque.
Tal vez suponga la cárcel, la humillación,
el desdén y el aislamiento.
Tu aislamiento.
Todo lo demás sólo sirve para poner
a prueba tu resistencia,
tus auténticas ganas de hacerlo.
Y lo harás.
A pesar del rechazo y
de las ínfimas probabilidades,
y será mejor que cualquier cosa
que pudieras imaginar.
Si vas a intentarlo,
ve hasta el final.
No existe una sensación igual.
Estarás sólo con los dioses
y las noches arderán en llamas.

domingo, 5 de junio de 2022

Paisajismo



Pero no debemos engañarnos. Nuestro amor al campo es una mera afición al paisaje, a la Naturaleza como espectáculo. Nada menos campesino y, si me apuráis, menos natural que un paisajista. Después de Juan Jacobo Rousseau, el ginebrino, espíritu ahito de ciudadanía, la emoción campesina, la mucha geoórgica, de tierra que se labra, la virgiliana y la de nuestro gran Lope de Vega, todavía, ha desaparecido. El campo para el arte moderno es una invención de la ciudad, una creación del tedio urbano y del terror creciente a las aglomeraciones humanas.
¿Amor a la Naturaleza? Según se mire. El hombre moderno busca en el campo la soledad, cosa muy poco natural.Alguien dirá que se busca a sí mismo.Pero lo natural en el hombre es buscarse en su vecino, en su prójimo, como dice Unamuno, el joven y sabio rector de Salamanca. Más bien creo yo que el hombre moderno huye de sí mismo, hacia las plantas y las piedras, por odio a su propia animalidad, que la ciudad exalta y corrompe. Los médicos dicen, más sencillamente, que busca la salud, lo cual, bien entendido, es indudable.
***
Pero a quien el campo dicta su mejor lección es al poeta. Porque, en la gran sinfonía campesina, el poeta intuye ritmos que no se acuerdan con el fluir de su propia sangre, y que son, en general, más lentos. Es la calma, la poca prisa del campo, donde domina el elemento planetario, de gran enseñanza para el poeta.Además, el campo le obliga a sentir las distancias –no a medirlas- ya buscarles una expresión temporal, como, por ejemplo:
el día dormido de cerro en cerro y sombra en sombra yace, que dice Góngora, el bueno, nada gongorino, el buen poeta que lleva dentro el gran pedante cordobés.

***

Tampoco hemos de olvidar la lección del campo para nuestro amor propio. Es en la soledad campesina donde el hombre deja de vivir entre espejos. Cierto que a un solipsismo bien entendido la apariencia de nuestro prójimo no debe inquietar, pues ella va englobada en nuestra mónada. Pero, probablemente, nos inquieta, es una representación inquietante. ¡tantos ojos como nos miran, y que no serían ojos si no nos viesen! Mas todos ellos se han quedado lejos. ¡Y esos magníficos pinares, y esos montes de piedra, que nada saben de nosotros, por mucho que nosotros sepamos de ellos! Esto tiene su encanto, aunque sea también grave motivo de angustia.

Juan de Mairena (Antonio Machado)

Hábitos




Para crear hábitos saludables –añadía-, que nos acompañen toda la vida, no hay peor camino que el de la gimnasia y los deportes, que son ejercicios mecanizados, en cierto sentido abstractos, desintegrados, tanto de la vida animal como de la ciudadana. Aun suponiendo que estos ejercicios sean saludables –y es mucho suponer-, nunca han de sernos de gran provecho, porque no es fácil que nos acompañen sino durante algunos años de nuestra efímera existencia. Si lográsemos, en cambio, despertar en el niño el amor a la naturaleza, que se deleita en contemplarla, o la curiosidad por ella, que se empeña en observarla y conocerla, tendremos más tarde hombres maduros y ancianos venerables, capaces de atravesar la sierra de Guadarrama en los días más crudos del invierno, ya por deseo de recrearse en el espectáculo de los pinos y de los montes, ya movidos por el afán científico de estudiar la estructura y composición de las piedras o de encontrar una nueva especie de lagartijas . 

Juan de Mairena (Antonio Machado)

martes, 17 de mayo de 2022

El precio




Combatimos por nuestra esclavitud como si fuera nuestra libertad.

Spinoza

Imagine


“Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”


Fredric Jameson

martes, 12 de abril de 2022

A tu lado



Me quedo contigo, Enrique Salazar

Si me das a elegir
Entre tú y la riqueza
Con esa grandeza
Que lleva consigo
¡Ay, amor!
Me quedo contigo

Si me das a elegir
Entre tú y la gloria
Pa' que hable la historia de mí
Por los siglos
¡Ay, amor!
Me quedo contigo

Pues me he enamorado
Y te quiero y te quiero
Y solo deseo
Estar a tu lado
Soñar con tus ojos
Besarte los labios
Sentirme en tus brazos
Que soy muy feliz

Si me das a elegir
Entre tú y ese cielo
Donde libre es el vuelo
Para ir a otros nidos
¡Ay, amor!
Me quedo contigo

Si me das a elegir
Entre tú y mis ideas
Que yo sin ellas
Soy un hombre perdido
¡Ay, amor!
Me quedo contigo

Pues me enamorado
Y te quiero y te quiero
Y solo deseo
Estar a tu lado
Soñar con tus ojos
Besarte los labios
Sentirme en tus brazos
Que soy muy feliz



lunes, 7 de marzo de 2022

Tiempos bárbaros



Tu alma y la mía son gemelas, de Marina 
Tseláieva

Tu alma y la mía son gemelas
como mis manos: la derecha y la izquierda.
Tan cálidas y tiernas son unidas
como dos alas de un pájaro dormido.
¡Por un ciclón quedamos separados,
por un abismo, tú y yo, como dos alas!

domingo, 6 de marzo de 2022

Llorar el sueño


Llorar a lágrima viva, de Oliverio Girondo

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

jueves, 3 de marzo de 2022

Se os dará

 



Mateo (Mt 7, 7-11)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.

miércoles, 23 de febrero de 2022

Lo correcto




INSTRUCCIONES PARA LLORAR, de Julio Cortázar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.

Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración del llanto, tres minutos.

lunes, 21 de febrero de 2022

Memoria

 




Mariposa, de Ryunosuke Akutagawa (
Vida de un idiota, 1927)


Una mariposa revoloteaba en el viento impregnado de olor a algas. Durante un instante, sintió cómo las alas de la mariposa acariciaban sus labios resecos. Y a pesar de todo, el polvo que las alas dejaron grabado sobre sus labios, todavía continuaba brillando después de tantos años.

FIN

sábado, 19 de febrero de 2022

Extraño caos


Hay en ese extraño caos que llamamos la vida algunas circunstancias y momentos absurdos en los cuales tomamos el universo todo por una inmensa broma pesada, aunque no logremos percibir con claridad en qué consiste su gracia y sospechemos que nosotros mismos somos las víctimas de la burla. Sin embargo, nada nos desalienta, nada nos parece digno de disensión. Engullimos todos los acontecimientos, todos los cultos, todas las creencias y persuasiones, todas las cosas difíciles, visibles e invisibles, por indigestas que sean, como un avestruz de estómago poderoso engulle balas y pedernales. En cuanto a las dificultades y preocupaciones sin importancia, las perspectivas de ruina imprevista, los riesgos de la vida y el cuerpo, todo eso, incluso la muerte misma, nos parecen golpes ingeniosos y sin mala intención, alegres puñetazos en los costados que nos da el invisible y misterioso viejo bromista.

Moby Dick, fragmento, Herman Melville

Espíritu



Donde los otros proponen obras yo no pretendo más que quemar mi espíritu.

Antonin Artaud, El pesanervios

martes, 15 de febrero de 2022

Vivir para contarlo


«Con el corazón oprimido, durante años me abstuve de publicar este libro, ya terminado. El deber para con los que aún viven podía más que la obligación con los muertos. Pero ahora la Seguridad del Estado se ha apoderado de él, no tengo más remedio que publicarlo inmediatamente. En este libro no hay personajes ni eventos ficticios. La gente y los lugares son llamados con sus propios nombres. Si son identificados por sus iniciales en vez de sus nombres, es por consideraciones personales. Si no son nombrados en absoluto, es sólo porque la memoria humana ha fallado al preservar sus nombres. Pero todo tuvo lugar tal y como se describe aquí. Dedico este libro a todos los que no vivieron para contarlo, y que por favor me perdonen por no haberlo visto todo, por no recordar todo, y por no poder decirlo todo.»


Nota del autor en la primera edición del libro Archipiélago Gulag, de Aleksandr Solzhenitsyn.

lunes, 14 de febrero de 2022

Nutrir


Ensueño, de Emily Dickinson

Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor bajel;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel.

Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre solo de silencio y paz.

domingo, 13 de febrero de 2022

A tientas



A tientas, de Mario Benedetti

Se retrocede con seguridad,
pero se avanza a tientas.
Uno adelanta manos como un ciego,
ciego imprudente por añadidura,
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia,
los rostros insepultos, la ceniza,
la sonrisa del necio, las afrentas,
un barrunto de pena en el espejo,
la baranda oxidada con sus pájaros,
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre.
Se avanza a tientas lentamente,
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias.
Se avanza a tientas vacilante,
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada.
A tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices, ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.

viernes, 11 de febrero de 2022

Pasan




Miro pasar las nubes.

Pero mi mano se cae
y la encuentro perdida entre cosas de hombre.
Oigo pasar al hombre.
Pero mi ojo se cae
y lo encuentro perdido dibujando caídas.
Siento subir los muertos.
Pero tú te me caes
y te encuentro perdida debajo de mi voz.
Una sombra me empuja.
Pero el pensamiento se me cae
y lo encuentro perdido entre dios y mi cara.
Ya las palabras sufren.
Pero la lengua se me cae
y la encuentro perdida en las nubes que pasan.

Miro pasar las nubes.

Roverto Juarroz, Poesía Vertical

domingo, 6 de febrero de 2022

Vivas



Cuando no estamos seguros, estamos vivos

Graham Greene

domingo, 30 de enero de 2022

Ausente



En un campo
soy la ausencia
de campo.
Esto es lo que
siempre sucede.
Allá donde esté
soy lo que falta. 

Mark Strand

martes, 25 de enero de 2022

De donde yo vengo




Tú conoces los lugares de donde yo vengo. Incluso las personas que intentan escribir o hacer películas al respecto, no lo entienden bien. Lo llaman "de 9 a 5". Sólo que nunca es de 9 a 5. En esos lugares no hay hora de comida y, de hecho, si quieres conservar tu trabajo, no sales a comer. Y está el tiempo extra, pero el tiempo extra nunca se registra correctamente en los libros, y si te quejas de eso hay otro zoquete dispuesto a tomar tu lugar. Lo que duele es la pérdida constante de humanidad en aquellos que pelean para mantener trabajos que no quieren pero temen una alternativa peor. Pasa, simplemente, que las personas se vacían. Son cuerpos con mentes temerosas y obedientes. El color abandona sus ojos. La voz se afea. Y el cuerpo. El cabello. Las uñas. Los zapatos. Todo. A los esclavos nunca se les paga tanto como para que se liberen, sino apenas lo necesario para que sobrevivan y regresen a trabajar. Así que la suerte de, finalmente, haber salido de esos lugares, sin importar cuánto tiempo tomó, me ha dado una especie de felicidad, la felicidad alegre del milagro. No haber desperdiciado por completo la vida parece ser un logro, al menos para mí.

Carta de Charles Bukowski

viernes, 21 de enero de 2022

Sucedió así



La soledad no se encuentra, se hace. La soledad se hace sola. Yo la hice. Porque decidí que era allí donde debía estar sola, donde estaría sola para escribir libros. Sucedió así. Estaba sola en casa. Me encerré en ella, también tenía miedo, claro. Y luego la amé. La casa, esta casa, se convirtió en la casa de la escritura. Mis libros salen de esta casa. También de esta luz, del jardín. De esta luz reflejada del estanque. He necesitado veinte años para escribir lo que acabo de decir.




Escribir, Marguerite Duras.

jueves, 20 de enero de 2022

Luminoso

 



La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es limpio, todo tu cuerpo será luminoso.

Mateo 6-22.

El tiempo del narrador


Solo sé que quien se encadena está perdido. El germen de la corrupción ha entrado en su alma.

Joseph Conrad

miércoles, 19 de enero de 2022

Vertical



Lo visible es un adorno de lo invisible.

Roberto Juarroz, Quinta Poesía Vertical. Poema 10

lunes, 17 de enero de 2022

Crear un lugar donde encontrarse




¿Por qué estamos aquí?
Este no es nuestro lugar.
¿Habrá un lugar para nosotros
en alguna parte?

Tal vez nos defina
como la luz del día,
no tener un lugar en ningún sitio.
Pero también nos define que podemos
crear un lugar.

Y sólo se encuentra algo
en un lugar que se crea.
Hasta se encuentra uno a sí mismo,
si es posible encontrarse.

Roberto Juarroz, Décimotercera poesía vertical. Poema 15

miércoles, 12 de enero de 2022

Ecos de libertad



“Pájaro enjaulado” (“Caged Bird”, de Maya Angelou)

El pájaro libre salta
al lomo del viento
y flota viento abajo
hasta que cesa la corriente;
moja sus alas
en el naranja de los rayos de sol
y osa reclamar el cielo.

Pero un pájaro que acecha
en su jaula angosta
apenas puede ver tras
las rejas de rabia
sus alas están contraídas y
sus pies atados luego,
abre la garganta para cantar.

El pájaro enjaulado canta
un temeroso trino
sobre algo desconocido
mas ansiado aún
y desde la lejana colina
se escucha la melodía
pues el pájaro enjaulado
canta a la libertad.

El pájaro libre imagina otra brisa
y tenues vientos alisios
entre árboles anhelantes
y los gruesos gusanos que aguardan
en el pasto iluminado de alba
y designa al cielo como suyo.

Pero un pájaro enjaulado permanece
inmóvil sobre la tumba de los sueños
grita su sombra en el clamor de una pesadilla
sus alas están contraídas y sus pies atados luego, abre la garganta para cantar.

El pájaro enjaulado canta
un temeroso trino
sobre algo desconocido
mas ansiado aún
y desde la lejana colina
se escucha la melodía
pues el pájaro enjaulado
canta a la libertad.

lunes, 10 de enero de 2022

Espía

 



«Todo novelista tiene algo en común con un espía: vigila, escucha, busca motivaciones, analiza a los individuos, y en su afán por servir a la literatura carece de escrúpulos».

Graham Greene, Una especie de vida, fragmento



domingo, 2 de enero de 2022

Empezar



Todas las obras de arte deben empezar... por el final

Edgar Allan Poe